El Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo (SST) fue creado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con el fin de promover la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en todo el mundo. Se conmemora cada 28 de abril a través de campañas que tienen como objetivo centrar la atención a nivel internacional sobre las nuevas tendencias en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo y sobre la magnitud de las lesiones, enfermedades y muertes relacionadas con el trabajo.
El 28 de abril es también el Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, que el movimiento sindical celebra en todo el mundo desde 1996. Su propósito es honrar la memoria de las víctimas de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales organizando movilizaciones y campañas de sensibilización en el mundo.
Este año se promueve el lema “Únete a la construcción de una cultura de la prevención en materia de seguridad y salud en el trabajo”. Una cultura nacional de prevención implica el respeto del derecho a gozar de un medioambiente de trabajo seguro y saludable, y la participación activa de los Gobiernos, los empleadores y los trabajadores para asegurar ese medioambiente a través de un sistema de derechos, responsabilidades y deberes definidos y la atribución de la máxima prioridad al principio de la prevención.
La OIT estima que los accidentes y las enfermedades relacionados con el trabajo causan más de 6,300 muertes cada día, es decir, 2.3 millones de víctimas al año. De estas pérdidas, alrededor de 350,000 muertes son causadas por accidentes laborales y cerca de 2 millones por enfermedades relacionadas con el trabajo.
Los accidentes no mortales afectan a un número aún mayor, más de 313 millones de trabajadores sufren lesiones cada año, mientras que se estima que las enfermedades no mortales relacionadas con el trabajo afectan a 160 millones de trabajadores anualmente.
Sandra Polaski, directora general adjunta de Políticas de la OIT, en la apertura de la primera semana sobre SST de Rusia, declaró: “Los sistemas eficaces de gestión de la seguridad y salud en el trabajo en las empresas y la plena participación de los trabajadores también contribuyen en gran medida con una mejor observancia de la legislación nacional. Por lo tanto, la promoción por parte de los Gobiernos de sistemas de gestión de la SST y de la participación de los trabajadores puede ser una parte importante de la estrategia nacional en materia de SST para garantizar la conformidad”.
Lo cual nos lleva hacernos un análisis de consciencia nacional; partimos del hecho de no tener una política nacional de seguridad e higiene en flagrante violación del artículo 106 de nuestra Constitución Política, el cual dicta: “En materia de salud, corresponde primordialmente al Estado el desarrollo de las siguientes actividades, integrando las funciones de prevención, curación y rehabilitación”; acotado directamente en el numeral 6: “Regular y vigilar el cumplimiento de las condiciones de salud y la seguridad que deban reunir los lugares de trabajo, estableciendo una política nacional de medicina e higiene industrial y laboral”.
Esto ha llevado a través de los años a cada institución del Estado, llámese Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo, Ministerio de Comercio e Industrias, Caja de Seguro Social, por mencionar algunos, a crear normas desde su perspectiva y muchas veces pisándole la manta o pateándole la lonchera (en buen panameño) de responsabilidad y alcance del otro.
Pero no termina allí. A nivel del ejercicio profesional, desde 1988 tenemos la Resolución N.°1 del 8 de febrero, la cual establece la idoneidad para la Salud Ocupacional por medio del Consejo Técnico de Salud, el mismo que regenta la Medicina, Enfermería y otras disciplinas; sin embargo, no contamos con el mismo apoyo coercitivo y vemos todos los días a nacionales y extranjeros ejerciendo la profesión al margen de la ley casi al modelo del viejo oeste.
Una cultura de prevención lleva también intervención integral de un equipo multidisciplinario formado por médicos, enfermeras, fisioterapeutas, técnicos y licenciados en seguridad y salud ocupacional, prevención, psicólogos y otros actores necesarios para lograr el equilibro entre trabajo y vida, por eso debemos ponernos de acuerdo en muchos temas trascendentales.
La sinergia entre Gobiernos, empresarios y trabajadores es la única vía real para lograr la prevención integral de accidentes laborales; a veces somos necios y celosos de lo que hacemos, pero nuestro interés común radica en lograr que al final de cada jornada laboral los trabajadores puedan regresar a su casas sanos, a salvo y en una sola pieza…
Publicado: Diario el Panamá America 04/04/15